Los efectos de la pandemia en la niñez y adolescencia han sido en su pleno desarrollo emocional físico e intelectual. Falta de acciones concretas y protección del Estado.
El covid-19 ha tenido efectos menos agresivos en la salud de los niños y niñas, sin embargo, este grupo sufre otros efectos negativos de la pandemia con efectos directos en su pleno desarrollo emocional, físico e intelectual.
En el marco del Día del Niño, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), presentó los resultados de una encuesta realizada en el país a niños, niñas y adolescentes y donde se confirma problemas específicos en los menores, que demandan acciones inmediatas del Estado para evitar que los efectos sean más profundos.
La pandemia no puede usarse como una excusa para frenar nuestros esfuerzos en el cumplimiento de los derechos de la infancia, sino debe verse como una oportunidad para acelerarlos.”, señaló Carlos Carrera, Representante de Unicef en Guatemala.
Los resultados de la encuesta provienen de un levantamiento realizado en junio pasado y permiten observar ciertas características y tendencias a nivel nacional que indican una mayor afectación socioeconómica en hogares con niñas, niños y adolescentes por la pandemia.
Alejandra Contreras, experta en política Social de Unicef, explicó que estos problemas no son nuevos, pero la pandemia influyó en agravarlos o frenar proyectos que ya incidian de manera positiva.
“Guatemala recibe la pandemia con una situación un poco comprometida, porque hay un rezago en la cobertura de servicios esenciales para la población, especialmente para la niñez y adolescencia”, reconoce Contreras que asegura que “hay una necesidad que las instituciones se reinventen” para evitar daños mayores.
La experta de Unicef reconoce que aunque no se puede medir cuánto tiempo se necesita para recuperar los siete meses que el país ha estado suspendido por la pandemia, sí se debe trabajar en los próximos para iniciar un 2021 con proyectos que puedan aportar soluciones.
“Atrás de cada programa hay una gestión grande de cada ministerio y significa que no podemos perder estos meses. Tenemos octubre, noviembre diciembre para que las instituciones puedan replantear las acciones y que, en enero, con nuevo presupuesto, tener la preparación suficiente para que los niños y niñas tengan los servicios que necesitan”, agregó.
Preocupaciones
Otto Rivera, secretario ejecutivo de la Coordinadora Institucional de Promoción por los Derechos de la Niñez –Ciprodeni- coincidió con las preocupaciones que enumera Unicef.
Rivera señaló también que el derecho a la educación gratuita y de calidad para los menores se vulnera porque se hace uso de servicios como el internet, servicio que no es de libre acceso a toda la población.
Asimismo, agregó que hay darle protección y prioridad a los niños y adolescentes víctimas de violencia intrafamiliar, porque los casos fueron en aumento, pero las denuncias no.
Otro tema que le preocupó al secretario de Ciprodeni es la inversión pública en las niñez y adolescencia, la cual sigue siendo muy baja y debe priorizarse.
Fragilidad institucionalidad
Leonel Dubón, director ejecutivo de la asociación El Refugio de la Niñez, afirmó que desde hace mucho tiempo se ha advertido que la instituciones que están a cargo de la protección y seguridad de los niños, niñas y adolescentes son frágiles, pero la pandemia agravó y visibilizó sus problemáticas y carencias. “No contamos con un verdadero sistema de protección social”, reconoció.
Además, agregó que la Asociación está de acuerdo y comparten las preocupaciones enumeradas por Unicef, pero hay más elementos que se deben agregar, como la institucionalidad y protección de los niños y adolescentes.
“Evidentemente el sistema de salud se vio rebasado, pero nosotros siempre hemos cuestionado la falta de hospitales infantiles, porque no son ni el 10% comparado con los centros hospitalarios generales. La asistencia médica para los niños y niñas es más limitada que para los adultos. Muchas veces son atendidos por médicos generales y no por pediatras”, lamentó.
Dubón resaltó la brecha digital como uno de los mayores problemas en la educación, así como los peligros de la niñez migrante, que se va del país por “no tener recursos de sobrevivencia y termina siendo una especie de migración forzada, porque no hay condiciones para que se desarrollen en el país”.
PrensaLibre
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