El Cristo Negro de Esquipulas, símbolo de fe y milagros en Guatemala

 Cada 15 de enero, Esquipulas se convierte en el epicentro de la devoción al Cristo Negro, una imagen que ha inspirado fe y esperanza desde su llegada en 1595. Tallada en madera por Quirio Cataño, esta obra emblemática fue encargada durante la época de la evangelización como un símbolo de unidad religiosa en el oriente guatemalteco. Con el tiempo, su distintivo color oscuro, fruto del humo de velas y el contacto de los feligreses, se convirtió en su sello único, atrayendo a creyentes de toda América Latina.

La veneración al Cristo Negro no solo responde a su importancia espiritual, sino también a su capacidad para conectar a las comunidades. Su impacto trascendió rápidamente, transformando un culto local en una tradición de alcance internacional, marcada por relatos de milagros y agradecimientos reflejados en exvotos y oraciones.

Hoy en día, la Basílica del Cristo Negro de Esquipulas recibe a miles de visitantes cada año, especialmente entre octubre y enero, en un despliegue de romerías y fervor religioso. Este ícono no solo representa la fe católica, sino también un profundo sentido de identidad para los guatemaltecos, quienes encuentran en él consuelo y fortaleza. Así, Esquipulas continúa consolidándose como la “Capital de la fe centroamericana”, un lugar donde la espiritualidad y la tradición se entrelazan con el paso del tiempo.