Según el centro de meteorología Météo France, se registraron récords para un mes de abril, a inicios de la primavera boreal, en varios puntos: en Mourmelon (norte); -9,3 grados, Châteauroux (centro), -5,6 grados; Vannes (oeste), -3,2 grados.
Hasta ahora, el registro más frío en el cuarto mes del año había sido -1,4 grados el 12 de abril de 1986.
Más allá de estos récords, hubo -7 grados en Nevers, -6 en Nancy, Colmar o Saint-Étienne, -5 en Estrasburgo, Metz o Reims, -4 en Poitiers, Bourges, Orléans o Dijon, -2 en Burdeos, Nantes o Toulouse y -1 en Brest, La Rochelle o Montpellier. En París, la mínima se quedó en 1,8 grados positivos.
El principal sindicato agrícola, la FNSEA, indicó que "muchos arboricultores se vieron afectados". "Necesitaremos la ayuda" del Estado, subrayó su presidenta Christiane Lambert, aunque precisó que hay que esperar el deshielo para valorar los daños.
El año pasado, un episodio excepcional de heladas en abril ya afectó a los agricultores franceses y provocó la pérdida de gran parte de la cosecha de melocotones, albaricoques, cerezas y peras, así como de la producción de vino.
El primer ministro, Jean Castex, ya anunció un "fondo de emergencia" para las zonas más afectadas que, según la FNSEA, se situarían en la mitad septentrional de Francia. El valle del Ródano y las zonas del Mediterráneo se habrían librado.
Los daños causados en los viñedos de Borgoña (este) por las heladas primaverales parecen ser "limitados", aseguraron el lunes a Afp varios viticultores. En 2021, las heladas ya diezmaron la producción, reduciéndola a la mitad.
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