Pese a su mala imagen, el estrés puede ser nuestro aliado si aprendemos a reconocerlo y encauzarlo, tomando las riendas de nuestras emociones y pensamientos.
También adoptando medidas preventivas que nos ayuden a estar en mejores condiciones para afrontar las dificultades
“El estrés está considerado la enfermedad del siglo XXI. Parece que acabáramos de descubrirlo y que esté íntimamente relacionado con nuestro estilo de vida, pero ha existido siempre y cumplido la función de ayudarnos a adaptarnos a las exigencias del medio”, señalan Elena Mendoza y Carmen Castro, expertas en bienestar y gestión de estrés corporativo.
Coautoras del libro ‘Quiero aprender a gestionar mi estrés’, en él ofrecen herramientas y consejos para entender y manejar este mecanismo psico-fisiológico.
Solemos tener un concepto negativo del estrés, pero nos ayuda a reaccionar adecuadamente ante situaciones que pueden ser una amenaza, y también a afrontar circunstancias de nuestro entorno que son más exigentes de lo normal, plantean.
“Si la activación es la adecuada, conseguimos ser ‘nuestra mejor imagen’. El cerebro pone en marcha nuestras fortalezas y competencias para sortear con éxito esa situación. Este estrés positivo pone a nuestra disposición los mejores recursos para sortear las dificultades que se presenten”, señalan.
“La palabra estrés la hemos asociado a la sensación de malestar que nos generan síntomas físicos y psicológicos. Esta confusión es la que nos lleva a decir cosas como ‘quiero vivir sin estrés’, y esto es imposible. Si aprendemos a gestionarlo adecuadamente, puede ser un gran aliado”, destacan.
“Lo que sí podemos es aprender y conocer aquellos factores internos y externos que desencadenan esta respuesta de lucha o huida para que ocurra en los momentos en los que verdaderamente la necesitamos y que no se sostenga en el tiempo”, exponen.
Calmar las emociones y los pensamientos
Así, apuntan, por ejemplo que “poner la mente en blanco es imposible. No podemos evitar pensar, pero podemos gestionar nuestros pensamientos de otra manera, lo que hará que nuestro estrés sea más manejable”.
“Una herramienta eficaz para gestionar los niveles de estrés es el ‘tapping’ (o EFT) , una técnica de regulación emocional consistente en estimular con la yema de los dedos una serie de puntos concretos de nuestro cuerpo señalados por la acupuntura china, mientras la persona se mantiene enfocada en la emoción que queremos liberar o el asunto que quiere tratar”, opinan.
“Con el ‘tapping’ podemos bajar la intensidad de cualquier emoción que estamos sintiendo con una intensidad no adaptada a la situación, como los miedos y el enfado”, añaden.
“Otra técnica muy eficaz para la gestión de las emociones y de los pensamientos, generando calma y claridad a la mente, es la ‘atención plena’ (mindfulness), consistente en alcanzar un estado de conciencia focalizado en el presente, atentos a lo que hacemos en cada momento y aceptando todo aquello que acontezca con amabilidad y sin juicios, sea agradable o desagradable”, indican Mendoza y Castro.
Esta capacidad -prosiguen- se desarrolla practicando ejercicios meditativos que se pueden realizar durante las actividades diarias. En la ducha, mientras se desayuna o cuando caminamos hacia el trabajo, “atendiendo solo a eso, observando nuestras sensaciones y lo que nos está aportando esa experiencia, sin engancharnos a nuestros pensamientos” reveló EFE.
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