A través de un video se viralizó el momento en el que un piloto de taxi abandona a su víctima en la zona 7, luego de haberla drogado y abusado de ella. La Fiscalía asegura que está cerca de ubicar al victimario.
A finales de la semana pasada se viralizó un video en el cual se observa cómo un taxista baja a una mujer de 20 años de su vehículo. La joven se ve confundida. El reporte policial indica que la víctima contó a otra mujer que la auxilió que había pedido el servicio en El Trébol, y durante el trayecto el piloto insistió en que consumiera una bebida, y creía que había sido violada.
El expediente está a cargo de la Fiscalía de la Mujer. Flor Holanda Equité, encargada de los equipos de investigación de la mencionada unidad, explica que este es un delito que atenta contra la integridad y libertad sexual de una mujer, pero la pesquisa está avanzada.
Se identificó a la víctima y al vehículo, se efectuaron recorridos por donde podría haber sido llevada la joven y tienen grabaciones de cámaras de seguridad. También se cursaron solicitudes a los cuerpos de socorro y la División Especializada en Investigación Criminal (Deic), entre otros. La joven está recibiendo atención en el Instituto de la Víctima.
El pasado martes por la tarde, en la banqueta de una calle de la zona 7 fue auxiliada una joven por los vecinos del lugar. Había sido abandonada por un taxista, luego de violarla. Los cuerpos de socorro la trasladaron a un centro hospitalario para que recibiera atención médica. Al día siguiente el expediente comenzó a ser conocido por la citada fiscalía.
“Este tipo de hechos impacta en el sentido psicológico a la sociedad, tomando en cuenta que estos delitos tienen vinculación con la integridad de la persona, sea hombre o mujer. Un delito sexual es una invasión a la indemnidad y a la libertad de alguien”, enfatizó Equité.
Los resultados de la investigación no se pueden dar a conocer, pero está avanzada y considera que tendrá un resultado positivo, añadió.
Equité expuso que el Ministerio Público (MP) se basa en la prueba, porque establecerá si una persona es culpable o inocente, pero para que estos casos tengan relevancia jurídica se deben robustecer.
“Tenemos un video. Si lo observamos, se ve a una persona de sexo masculino que desciende del vehículo a una de sexo femenino. Es la víctima o la persona que indicará que durante el trayecto desde donde ella abordó el taxi pasó algo”, precisó.
Aunque el testimonio de la víctima tiene un alto valor probatorio, se debe sustentar con un peritaje forense que identificará indicios de violencia. En ocasiones no se registra violencia física, declaración de testigos o imágenes de cámaras de videovigilancia.
“No se ha solicitado una orden de aprehensión, porque nos encontramos en la fase de recabar medios de prueba (…) El video es parte de la prueba, pero no la totalidad. No podemos ir solo con un medio de prueba a pedir una orden de captura a un juez”, explicó la fiscal.
Investigación pronta
Stu Velasco, exsubdirector de Investigación Criminal de la PNC, considera primordial que el MP y la institución policial identifiquen de forma plena al piloto del taxi con base en la información que dio la víctima, y evalúen cuál es el grado de participación del conductor en la probable violación.
El también criminólogo señala que el MP y las municipalidades deberían tener una base de datos –de antecedentes penales y policiales– actualizada de los propietarios de taxis y sus pilotos, similar a la del Registro Nacional de Agresores Sexuales (Renas). No obstante, aclaró que no se debe estigmatizar a los taxistas, porque en su mayoría son personas honradas.
Velasco puntualizó que la investigación debe ser técnica y lo más ágil posible, para que se confíe en las instituciones y autoridades.
En opinión de Evelyn Espinoza, socióloga con especialización en criminología, los casos de violencia contra la mujer, especialmente los de abuso sexual, deben ser resueltos con celeridad, porque es la única manera de enviar un mensaje a los agresores de que su comportamiento tiene consecuencias.
Agregó que en este caso en particular se conoce muy poco de la víctima, comparado con el del agresor de San Marcos, donde la evidencia aportada en los vídeos fue suficiente para identificarlo y perseguirlo.
“En el caso de San Marcos la madre de la niña se abocó a emisoras locales, presentó denuncia ante las autoridades, y al llegar a las redes sociales se hizo viral. Entonces se puso ‘un rostro’ a las víctimas –la niña y su madre– y esto puede que influya en la celeridad que ponen las autoridades en dar seguimiento a estas denuncias”, subrayó.
Espinoza hizo énfasis en que el caso del abuso sexual que implica al taxista sucedió en la ciudad, donde las denuncias por este delito son mucho mayores a las que se registran en el interior del país, y los recursos de las autoridades no se dan abasto.
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