“Por un mundo sin hambre” es la premisa bajo la que se rige Acción Contra el Hambre, una organización no gubernamental que busca salvar vidas por medio de la prevención, la detección y el tratamiento de la desnutrición. Un equipo global de más de 7 mil profesionales humanitarios trabaja en 50 países con el objetivo apoyar a poblaciones vulnerables para proporcionarles nutrición, seguridad alimentaria, higiene, cuidados sanitarios y educación para que puedan ser autosuficientes.
Esta red internacional está presente en países amenazados por el hambre en África, Asia, Europa y Latinoamérica. En estos lugares trabajan por garantizar principios humanitarios, apoyar el desarrollo de las comunidades y mejorar el nivel de vida de las personas por medio de:
- Acceso seguro a agua, saneamiento e higiene.
- Prevención, diagnóstico y tratamiento de la desnutrición y enfermedades relacionadas.
- Disponibilidad, acceso y uso adecuado de los alimentos, sostenido en el tiempo.
Los proyectos, campañas e iniciativas de Acción Contra el Hambre se enfocan en la lucha y prevención, pero también en la anticipación de futuros brotes de desnutrición, así como mitigar las crisis recurrentes. Su incidencia está basada en los principios humanitarios, en las necesidades de la población vulnerable y en evidencias. Tiene un enfoque de derechos, fomenta la construcción de alianzas y está orientada a resultados y a la transformación de políticas para impulsar un cambio a escala mundial.
Acción Contra el Hambre incorpora un enfoque integral en todas sus actividades para abordar las consecuencias inmediatas de la desnutrición, pero también los problemas de fondo que ocasionan el hambre, y que requieren más tiempo y la suma de muchos esfuerzos para ser superados. En sus proyectos cuenta con la participación de las comunidades afectadas y, desde el inicio, se planifica la transferencia de la responsabilidad del proyecto a cada comunidad. De esta manera promueven la autonomía alimentaria de las poblaciones más vulnerables, garantizando su seguridad alimentaria a corto, medio y largo plazo.
Acciones en atención a la emergencia COVID-19
Desde 1996 Acción Contra el Hambre trabaja en Guatemala, uno de los países con la tasa de desnutrición crónica infantil más alta del mundo. Gracias a su labor, miles de niños y niñas guatemaltecas se han beneficiado en los departamentos de Chiquimula, Zacapa, Huehuetenango, Guatemala y Escuintla (específicamente Corredor Seco). Con un nuevo proyecto de agua y saneamiento apoyado por el Fondo de Cooperación para Agua y Saneamiento de la Cooperación Española, la organización apoyará a más de 120 comunidades en 12 municipios del Departamento de Sololá.
Con la llegada de la pandemia, la región se enfrenta a una crisis de hambre sin precedentes. Más allá del impacto inmediato sobre la salud de las personas, la COVID-19 podría dejar 29 millones de nuevos pobres en América Latina. Por esta razón, los equipos de Acción Contra el Hambre han redoblado esfuerzos para proteger la alimentación de millones de personas frente a las consecuencias socio-económicas de la COVID-19. También trabaja para paliar el colapso de los sistemas de salud.
Por medio de diferentes acciones la organización continúa luchando, antes, durante y después de la emergencia, para salvar vidas por medio de la entrega de ayuda humanitaria y esquemas de prevención y protección, además de fortalecer capacidades a través de la recuperación socio-económica y contribuir a la mejora de servicios públicos esenciales.
Una tercera parte de la población de América latina ya se encontraba en estado de inseguridad alimentaria antes de la pandemia. La contracción de la economía, la informalidad del mercado laboral y el aumento del desempleo, han afectado los medios de vida de miles de personas y por tanto el acceso a alimentos.
Los sistemas de salud están bajo enorme presión para responder a la crisis sanitaria, y esto es especialmente complejo en las zonas rurales y aisladas. A la dificultad de atender a los enfermos de COVID-19, se suma la necesidad de continuar con programas de salud y nutrición, atención pre y post natal, vacunación, seguimiento de enfermedades diarreicas y anemia. Además, para grupos con múltiples vulnerabilidades, como las mujeres, las poblaciones indígenas y los migrantes, la llegada de la COVID-19 agudiza la situación de desigualdad, con efectos muy negativos en la lucha contra la pobreza y el hambre.
Ante esta situación, Acción Contra el Hambre ha ejecutado las siguientes acciones:
- Brindado apoyo a la Unidad Nacional de Coordinación de Reducción de Desastres, a centros de salud y comunidades rurales.
- Entregado kits de higiene familiar, equipos de protección y suministros de desinfección e higiene en centros de salud comunitarios y centros de coordinación.
- Entregado suministros de desinfección e higiene para centros de salud comunitarios.
- Llevado a cabo un seguimiento nutricional en apoyo a los servicios comunitarios de salud.
- Distribuido harina fortificada (Incaparina) y asistencia alimentaria (en especie y cupones).
- Entregado valoraciones medicas y nutricionales, atenciones en salud sexual y reproductiva, atenciones en salud mental, entrega de elementos de protección individual y personal, entrega de suplementos nutricionales y espacios amigables para la niñez.
- Facilitado el acceso a agua segura, implementando sistemas de lavado de manos en puntos críticos de contagio como mercados de abastos, comedores populares o centros de salud.
- Implementado programas inclusivos de recuperación y promoción de medios de vida a través del fomento del empleo, autoempleo y desarrollo de cadenas de valor.
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