En Guatemala, el 11 por ciento de las personas que son diagnosticadas con cáncer, son de mamá. Los cuales tienen un porcentaje de mortalidad del 5.3 por ciento.
De acuerdo con la Organización Panamericana de La Salud (OPS), el cáncer de mama es uno de los tipos de cáncer más común en las mujeres en la Región de las Américas. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Guatemala, el 11 por ciento de las personas que son diagnosticadas con cáncer son de mama, los cuales tienen un porcentaje de mortalidad del 5.3 por ciento.
El cáncer como bien se ha denominado “un enemigo silencioso”, es una enfermedad que puede darle a cualquier persona. Este es el segundo tipo de cáncer más frecuente en mujeres.
DETECCIÓN TEMPRANA, UN FACTOR DETERMINANTE
De acuerdo con la OPS, el cáncer es la segunda causa principal de muerte en las Américas. En el 2018, se diagnosticaron unos 3.8 millones de casos y 1.4 millones de personas murieron por esta enfermedad.
El Organismo Internacional detalla que, la carga del cáncer se puede reducir mediante la implementación de estrategias basadas en la evidencia para su prevención, tamizaje, detección temprana, tratamiento y también destaca la importancia de mejorar el acceso a los cuidados paliativos.
Además, señala que, los factores de riesgo modificables más comunes para el cáncer, son compartidos con los de otras enfermedades no transmisibles como:
• El consumo de tabaco
• El uso nocivo de alcohol
• Baja ingesta de frutas y verduras
• Falta de actividad física
FACTORES DE RIESGO
Entre los factores de riesgo que se pueden modificar para prevenirlo se encuentra el sedentarismo, sobrepeso, tomar hormonas, y haber quedado embarazada por primera vez después de los 30 años.
La OPS estima que, si no se tomará ninguna acción, se prevé que para el 2030, el número de personas recién diagnosticadas con cáncer aumentará en 32% y ascenderá a más de 5 millones de personas por año en las Américas, debido a que la población está envejeciendo, los estilos de vida están cambiando y a la exposición a factores de riesgo.
No obstante, las tasas de supervivencia del cáncer de mama han aumentado y esto se puede atribuir a la detección temprana y porque el conocimiento sobre esta enfermedad es mayor gracias al impacto que tienen las campañas que se han realizado a nivel mundial.
Según la OPS, el cáncer de mama puede ser detectado y tratado a tiempo. Agregan que, la mayoría de las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama en etapas iniciales (I y II), si reciben tratamiento, tienen un buen pronóstico, con tasas de supervivencia a 5 años del 80% al 90 %.
Sin embargo, en muchos de los países en América Latina y el Caribe las mujeres son diagnosticadas con cáncer de mama en etapas tardías. “El desafío para reducir la mortalidad por cáncer de mama, especialmente en ámbitos con recursos limitados, consiste en implementar y mantener programas de educación y detección precoz, con acceso oportuno a un tratamiento adecuado y eliminando las barreras para la atención médica”, señala esa organización.
Entre las cosas que se recomiendan hacer para la detección temprana de este padecimiento es el autoexamen de los senos donde cada mujer debe de conocerse de tal manera que es capaz de observar o sentir cualquier cambio y consultarlo inmediatamente con el médico.
La Asociación Americana de Cáncer recomienda que de 40 a 44 años la mujer “puede optar” por hacerse una mamografía al año. De los 45 a los 54 años “se tiene” que realizar una mamografía al año y después de los 55 en adelante se puede cambiar a un protocolo de cada 2 años.
Es importante conocer cuáles son los factores de riesgo para este tipo de cáncer los cuales incluye: hacerse mayor (después de los 50 años se detecta más cantidad), predisposición genética, mamas densas, primera menstruación muy joven, antecedentes familiares de cáncer.
El conocimiento y la consciencia sobre lo que se puede hacer para una detección temprana de esta enfermedad puede hacer la diferencia.
El tratamiento de esta enfermedad dependerá del tipo de cáncer que sea diagnosticado y de la etapa en la que se encuentre y esa parte es explicada por el profesional de la salud a la paciente cuando se hace el diagnostico.
En la mayoría de los casos el aspecto médico y el tratamiento está totalmente bajo control, pero muchas veces a lo que menos atención se le pone es a cuánto esta enfermedad afecta en el lado emocional, por lo que queremos darle énfasis a la importancia que tiene las emociones y sentimientos en esta enfermedad pues hay muchos factores que se deben de considerar a la hora de ser diagnosticada. En cualquier momento de la vida se puede ser la paciente, familiar, amiga, conocida o hasta una mano desconocida que igual puede brindar apoyo.
Todo es un proceso y debemos entenderlo como tal. Se debe de encontrar el apoyo y la guía para poder gestionar y pasar las etapas que se necesiten pasar durante todo el proceso. Con base a historias y testimonios se recomienda que cuando se es familia, amiga, conocida de una paciente es importante compartir sonrisas, empatía, saber escuchar y acompañar a tomar decisiones no tomarlas por la paciente, amar, ser positivo y brindar ayuda de una manera positiva.
LaHora
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