En los últimos meses se han presentado denuncias sobre el daño a sepulcros, así como robos y otros eventos en algunos cementerios nacionales.
Byron Fernando Fuentes, asesor jurídico del Cementerio General de la capital, explica que los hechos vandálicos contra las tumbas se han dado por décadas.
“Lamentablemente, las personas logran entrar por los puntos ciegos, a falta de un muro perimetral completo y la extensión de este cementerio dificulta cuidarlo. Es el más amplio en la capital”, describe Fuentes.
En el 2019, intentaron robar la puerta de la tumba de Justo Rufino Barrios, aunque la seguridad se percató y solo quedaron daños que ya fueron reparados.
“El acto que más se da es la de profanación de tumbas y daño al patrimonio cultural”, explica. A veces se trata del robo de piezas de bronce, que son fundidas y vendidas: toda una pérdida para la historia del arte funerario.
Al consultar sobre la reconstrucción del mausoleo de doña Agripita, Fuentes destaca que hasta que termine la investigación se podrá dar seguimiento y el paso es solicitar al Ministerio de Cultura y Deportes y hablar con la familia para ver si existe esa posibilidad.
En este caso un tumulto destruyó la tumba. Se escucharon disparos, y después los responsables huyeron. Esa fue la descripción que dieron testigos del hecho ocurrido en el Cementerio General, a finales de julio pasado: el mausoleo de doña Agripita Sánchez Coutiño, una obra impresionante de 1892, con esculturas de mármol, fue vandalizada.
Se han presentado denuncias contra supuestos responsables de saqueos anteriores, pero el problema persiste.
Por su parte, Eduardo Estrada, auxiliar fiscal de la Fiscalía de Delitos contra el Patrimonio Cultural de la Nación, explica que tienen algunos casos abiertos en el Cementerio General y en el cementerio de Quetzaltenango.
En la entrada del cementerio existen algunas obras consideradas obras de arte arquitectónicas que tiene fichas en el Registro de Bienes Culturales y otros que son de reciente construcción. A la fiscalía le corresponde únicamente evaluar al primer grupo.
El experto comenta que al ver el lugar se advierte el descuido, además que no hay cámaras y eso dificulta el dar con los responsables. Además, los casos regularmente no se reportan el día que suceden sino hasta cuando se descubren y para eso pueden pasar días o semanas.
Al respecto Fuentes dice que se ha buscado poner algunas bardas y cerrar algunos de los puntos ciegos para mejorar la seguridad, pues también se han dado asaltos.
PrensaLibre
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