La pandemia dificulta la atención prenatal, durante y después del parto, la situación ha incrementado los casos de muertes maternas en el país.
De enero a septiembre de este año 289 mujeres han muerto por causas asociadas a complicaciones con el embarazo, el parto o después de dar a luz, según registro de la Mesa Técnica de Análisis de Mortalidad Materna Neonatal. Son 11 más que en el mismo período del año pasado, sin embargo, lo cifra de casos podría ser mayor, ya que la pandemia ha dificultado realizar un registro certero.
Según Mirna Montenegro, directora del Observatorio de Salud Reproductiva (Osar), con la emergencia del covid-19 el sistema de información se retrasa y se vuelve lento, y no se descarta que los datos se eleven en el último trimestre del año. Se podría supera las 382 muertes que ocurrieron durante todo el 2019.
En mayo pasado, una estimación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) señalaba que como efecto colateral de la pandemia las muertes maternas aumentarían en el país. En seis meses se registrarían 150 casos fallecimientos sobre los 381 que se proyectados para el 2020, mientras que en un año se sumarían 309, es decir, un incremento del 89%.
Interrupciones en el sistema de salud por el covid-19, recurso humano diezmado debido a actividades para controlar la emergencia y personal en cuarentena, así como disminución de la atención especializada, serían algunas de las causas que dificultarían a las embarazadas el acceso a atención médica, escenario que al final se cumplió.
Las estrictas restricciones de movilidad que obligaron a las personas a quedarse en casa, el miedo de la población a infectarse del virus en los servicios de salud pública, la falta de ingresos económicos de las familias ya empobrecidas, también hicieron difícil a las mujeres acercarse a los servicios para recibir cuidado prenatal y para el parto, como fue el caso de Odilia, quien murió en agosto pasado.
Atención en casa, un riesgo
Debido a las dificultades para llegar a los centros asistenciales los partos domiciliarios han aumentado.
Luisa Morales, de la Asociación de comadronas tradicionales Huehuetecas Luna, menciona que la mayoría de las mujeres en las comunidades prefieren quedarse en casa por el temor de contagiarán de covid-19 en los hospitales.
Los partos son atendidos por las comadronas, que al enfrentarse a un caso riesgoso coordinan con los servicios de salud para movilizar a las madres. Lamentablemente los traslados no son inmediatos, pues las ambulancias están centralizadas en los municipios, y las familias no pueden costear el pasaje para llevar a las embarazadas. Los caminos, además, son inaccesibles y la lluvia complicó el paso.
Esas dificultades pueden poner en riesgo a las embarazadas. Según datos oficiales, 93 fallecieron dando a luz en sus hogares. Se puede concluir que las muertes en partos domiciliarios aumentaron, pues durante todo el 2019 se contaron cien. En hospitales este año se cuentan 150 decesos.
También existe riesgo para el bebé, al no realizarle la revisión médica necesaria para establecer si su salud está en perfectas condiciones.
El peligro del contagio
El covid-19 no solo ha hecho difícil que las futuras madres tengan atención adecuada, también ha cobrado la vida de ocho de ellas, mientras que 11 han sido diagnosticadas con la enfermedad. El dato corresponde hasta el 18 de septiembre.
Montenegro refiere que la vigilancia del covid-19 en embarazadas es reciente, y ahora es obligatorio que se les practique el hisopado antes de la atención del parto, tanto en centros asistenciales públicos como privados.
PrensaLibre
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