Tras conocerse la infección de dos jóvenes en Mongolia, a causa de la peste negra, las alarmas se encendieron no solo en el país asiático, sino también a nivel internacional, ya que se trata de un nuevo brote de la pandemia más devastadora del siglo XIV, que provocó la muerte de al menos 200 millones de personas.
Ante este escenario y su posible propagación, las autoridades mongolianas iniciaron medidas de aislamiento en la ciudad de Tsetseg, donde se presentaron los casos de infección, que incluyeron el cierre de sus fronteras con Rusia.
Se trata de una enfermedad que se origina de una bacteria llamada yersina pestis, que existe en los roedores. Durante la pandemia del siglo XIV, la enfermedad se propagó cuando decenas de pulgas, que se habían infectado de estos animales, picaron a cientos de humanos y los contagiaron de inmediato.
¿Cuáles son los síntomas?
Una vez que la persona se contagia con la peste negra, comienza a experimentar síntomas como inflamación de los nódulos del sistema linfático en las ingles, axilas y cuello junto con fiebre alta y supuraciones. Esto podría representar un grave peligro para el organismo del ser humano.
Tres tipos de reacciones a la peste negra
Esta enfermedad letal, se divide en tres tipos principales: La bubónica, la septicémica y la pulmonar. Todo dependerá de qué parte del cuerpo esté implicada, según explican expertos de la Mayo Clinic, de Minnesota, Estados Unidos.
Peste bubónica: Es la forma más frecuente de la enfermedad y en ella se presentan síntomas como la inflamación de los nódulos del sistema linfático en las ingles, axilas y cuello. También aparece fiebre repentina, dolor de cabeza y dolores musculares.
Peste septicémica: Se produce cuando las bacterias de la plaga se multiplican en el torrente sanguíneo. Allí se presentan síntomas como fiebre, debilidad corporal, dolor abdominal, vómitos, sangrado nasal y oscurecimiento en algunas zonas del cuerpo.
Peste pulmonar: Afecta directamente a los pulmones y es la menor común. Acá se presentan síntomas como tos con sangrado, falta de aliento, náuseas y vómitos, fiebre alta, debilidad y dolor en el pecho.
Todas estas infecciones de peste negra deben ser tratadas de emergencia por expertos médicos, recuerda que se trata de una infección que -mayormente- es letal.
Para confirmar un contagio de peste bubónica o neumónica, es necesario realizar pruebas de laboratorio con muestras de sangre, bubón -tumefacción de un ganglio linfático-, pus o secreción proveniente de la nariz, garganta o bronquios. La prueba más utilizada es un test rápido con tiras reactivas que, hoy en día, se utiliza en África y Sudamérica.
Tratamiento
Si la peste es identificada a tiempo, el paciente puede ser medicado con antibióticos. La probabilidad de recuperación de la peste negra es alta si se atiende en las primeras 24 horas de su diagnóstico. Esto en cualquiera de los dos tipos: bubónica y neumónica.
Sin embargo, después de 18 a 24 horas de contagio, si no existe atención médica inmediata, puede ser mortal, afirma la Organización Mundial de la Salud -OMS-.
Prevención
Las medidas preventivas consisten en informar a la población en el momento en que la peste zoonótica esté presente en su entorno y en recomendarles que tomen precauciones contra las picaduras de pulgas y no manipulen cadáveres de animales.
También debe evitarse todo contacto directo con tejidos y líquidos corporales infectados. Deben aplicarse las precauciones generales durante el contacto con pacientes posiblemente infectados y la obtención de muestras.
*Con información de: El Financiero y Debate
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