Un comunicado, firmado por el obispo Mario Fiandri, dice: “Manifestamos nuestro profundo horror y rechazo, indignación y vergüenza por el linchamiento, porque la vida humana es sagrada, y el derecho a la vida es un derecho fundamental en la legislación nacional; y nadie tiene competencia ni autoridad para disponer de ella por su propia cuenta; y porque el linchamiento no es un procedimiento válido para hacer justicia”.
También señala: “Lo que queda claro es que el linchamiento de don Domingo Choc Che no fue un problema de rechazo a la cultura, no tuvo ninguna participación de ninguna de las Iglesias y no fue un problema comunitario, sino -más bien- un problema de dos familias”.
El documento añade: “Según esa versión de los hechos, la causa del linchamiento fue la muerte por una enfermedad de José Pop Caal, cuya familia responsabilizó a Choc de haberle hecho el “mal” y eso desencadenó en su linchamiento”.
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