Actualmente se está viviendo una guerra comercial entre Estados Unidos y China. Si el conflicto de mercado va en serio por parte de los dos países, muchas industrias se verían afectadas en ambos lados.
Una de los aspectos que podrían verse más afectados son los videojuegos, pues actualmente el entretenimiento electrónico de todo el mundo depende en cierta medida de compañías chinas, por lo que, en el peor de los casos, estamos ante un aumento significativo en los precios de algunos videojuegos, posibles cancelaciones de proyectos o modificaciones sustanciales en títulos famosos.
Nintendo, a pesar de ser japonesa, se vería gravemente afectada por el conflicto de mercado; esto debido a que el Switch no es producido en Japón, sino en fábricas chinas. Bien se podría pensar que eso no debería de ser un problema, la consola, a pesar de su lugar de ensamble, es originaria de otra parte del mundo.
Bueno, hay que pensar otra vez. La iniciativa del gobierno estadounidense es gravar con un impuesto adicional (se habla de un 25%) a todos los productos de vestir y tecnológicos procedentes de China, sean o no de marcas originarias de ahí. En otras palabras, no importa que Nintendo sea de Japón, si sus dispositivos llevan la frase "Made in China", automáticamente tendrá el mencionado aumento.
Aún más, ese extra no sería absorbido por las compañías, sino por los compradores, lo que significa que todo los productos de La Gran N aumentarían de precio significativamente.
Con información de Kotaku, Tech Crunch y The New York Times.
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