La mercancía que permanece en las bodegas de la Aduana Central de la SAT (de 907 metros cuadrados) derivada de decomisos representa alrededor de Q2.5 millones en impuestos que dejó de recibir el fisco, informó Werner Ovalle, intendente de Aduanas.
En dicho recinto hay mercancía que ha pasado en el lugar desde 1 hasta 19 años, dependiendo del tipo de producto y trámite que haya tenido cada decomiso.
Por ejemplo, hay maíz que tiene un año en el lugar; suero, yogurt y leche tienen dos años, pasta dental y medicina. Hay otros que tienen desde 4 hasta como azúcar, licores, cigarros, ropa y poncho, sardinas, en tanto miles de pieza de melamina tiene 19 años.
Ovalle refirió que siguen en el lugar porque la Ley de Aduanas establece que esa entidad debe resguardarlas, pero dependen de la orden de juez para realizar su destrucción.
Cuando la autoridad competente decomisa las mercancías, se deben enviar a la aduana más cercana, y la SAT es la responsable de hacer los aforos y determinar el valor del decomiso. Si pasa de los 3 mil pesos centroamericanos que equivale US$3 mil dólares se vuelve un tema penal y se convierte en labor de la fiscalía correspondiente. Si es por debajo de ese monto se impone una multa del 100% de los impuestos dejados de percibir por el fisco.
La autoridad judicial determina el destino legal de las mercancías decomisadas y la ley establece que todo producto decomisado debe ser destruido, añadió el funcionario. Y, se ha hecho labor para identificar si hay algunas que se puedan subastar, agregó.
Por aparte está el abandono de mercancías, cuando estas no son nacionalizadas o retiradas de los recintos fiscales, dentro de los plazos establecidos, y mercancías no adjudicadas cuando se hace una subasta pero no son adjudicadas, estas pueden ser donadas y si no son requeridas se deben destruir.
En estas clasificaciones la SAT reporta que las mercancías tienen un precio base acumulado de alrededor de Q6 millones y están depositadas en cuatro bodegas, de la Región Central, en un área aproximada de 1 mil 879 metros cuadrados.
El funcionario dijo que en estas hay desde chatarra, libros de texto, crayones, bisutería y piso cerámico, con 4 años de estar en el lugar. Hay otros que incluyen tornillos ensambladores, desperdicios de pvc, ropa usada, papeles y revista para reciclaje que tiene entre 8 a 14 años de estar en las bodegas.
En la actualidad trabajan en poder tener acercamiento con autoridades judiciales para que les autoricen destruir la mercadería decomisada. Además, en las propuestas que están analizando para reformas a las leyes relacionadas al contrabando y defraudación aduanera se busca poder establecer un plazo para que les otorguen la autorización o que se tengan un procedimiento abreviado para la destrucción con actas, fotos y videos de respaldo.
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